Muchos creerán que tu no cumples con las cualidades necesarias para estar donde estás hoy, pero lo que no saben es que no se trata de ti, se trata de el poder y la gracia de Dios sobre ti.
Cuando David se presentó donde estaba Goliat, David se molestó al ver como Goliat amenazaba y retaba al ejército de Saúl, para que alguno de ellos peleara contra él, porque Goliat se consideraba el más valiente, debido a su tamaño y su experiencia en el campo de batalla.
David al ver que su pueblo se sentía intimidado, decidió pelear contra Goliat, pero Saúl veía a David como incapaz e inexperto, y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud (1Samuel 17:33).
Al igual que como Saúl veía a David, muchas veces quizás otros te han visto a ti, muy joven y sin experiencia, pero lo que no saben es que ya Dios te ha formado en tus momentos de desierto, ahí en donde solo han estado tú y él.
Saúl solo veía esas cualidades externas que David podría mostrar, no veía más allá, pero Dios preparó el escenario en donde David ganó la batalla, porque David no fue con sus propias fuerzas, David fue en el nombre de Jehová de los ejércitos.
¡Dios te bendiga!
Tu amiga, Aris
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